Guardo algunos libros de mi abuelo, publicados a principios del siglo XX, en los que el profesor H. Durville trataba de explicar de forma científica las técnicas de curación de dolencias físicas y morales mediante la aplicación de lo que llamaba física dinámica, basada en el magnetismo personal y el hipnotismo. Leyendo las historias que recoge Manuel Moyano en su Dietario Mágico descubro que muchas de esas técnicas siguen vigentes y las practican algunos curanderos que dicen estar poseídos de un don o una gracia especial. Moyano recorrió durante dos meses la Región de Murcia y se entrevistó con curanderos, zahoríes, videntes e iluminados. La forma que tienen de conocer sus capacidades bienhechoras es muy diversa. Un curandero no descubrió que lo era hasta pasados los setenta años y un zahorí se percató de su condición al notar un extraño malestar durante una siesta campestre. Otro, en cambio, desde los seis años tiene visiones de la Inmaculada Concepción. En la mayoría de los casos, parece que hay una predisposición genética, heredándose la gracia con el salto de una generación, por lo que son los abuelos los encargados de aleccionar a los nietos dotados de este don.
Moyano, nos presenta unas historias entrañables de personajes reales con un lenguaje directo, desenfadado, manteniendo cierta distancia en un equilibrio entre el respeto y la ironía.
Dietario Mágico
Manuel Moyano
La Fea Burguesía Ediciones, 2015.
Magnífico comentario, Ricardo.
ResponderEliminarGracias Eduardo.
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