Sueño o realidad

Sueño o realidad
El maestro Chuang Tzu contó:
-Esta noche he soñado que era una mariposa.
Me sentía libre revoloteando de flor en flor, dejándome llevar por la brisa cálida del mediodía y deleitándome con el espectáculo de la naturaleza en su esplendor primaveral pero he despertado y he visto que era Chuang Tzu, y me pregunto: ¿Ha soñado Chuang Tzu que era una mariposa o la mariposa está soñando ahora que es Chuang Tzu?
Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de Oriente (recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez).









Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de Oriente..
Recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez.
Edaf, 1999.

Coctelería Milanos, Francisco Ferrer Lerín

Coctelería Milanos
Amo a esa mujer cubista durante dos tardes y una madrugada. Consume combinados de variada calidad y acomete con movimientos basculantes la racionalidad de mis posturas de monja. Ella es bella en lo que permite: pelota de cabellos bien lavados, cuello algo instalado en la frontera del esternón y nariz típica del estornino canoso sastre. También, involuntario, anoto una tibieza casi sofocante de su seno turgente izquierdo enfundado en riqueza adamascada de las galerías lafayete de la exclusiva calle inspector de adelantos nuez moncaya.
Francisco Ferrer Lerín,  Coctelería Milanos (Gingival).
Francisco Ferrer Lerín

Dime quién fui, de Elisa Rodríguez Court

«La muerte puede consistir en ir perdiendo la costumbre de vivir». Esa frase de César González Ruano podría resumir el argumento principal de Dime quién fui ―la última novela de Elisa Rodríguez Court―. Sin embargo, en sus páginas encontramos otras historias que se cruzan y que invitan a reflexionar sobre la familia, las relaciones humanas, la fidelidad, la muerte y hasta la propia literatura.
Isa, la narradora, cuenta la historia de los últimos años de vida de su padre; en realidad, un desconocido que abandonó a su mujer y a sus hijos cuando ella, la hermana mayor, era una niña. Desapareció robándole parte de la infancia para reaparecer de nuevo en su vida ―cuando, ya anciano, ha empezado a perder sus facultades mentales―, quitándole ahora el tiempo que dedica a la literatura: su forma de entender la vida. A pesar de esto, Isa se siente responsable y descuida incluso algunas necesidades de su hija Carlota por ir a visitarlo y atender sus manías. Así, es testigo del progresivo deterioro físico y mental del anciano: desde su mal humor y su conducta paranoica, pasando por sus cada vez más frecuentes despistes y olvidos, hasta que deja de comer y de moverse, consumiendo sus días lentamente. Tres décadas sin dar señales de vida convierten a su padre en una persona ajena a ella y a sus hermanos ―que aun tuvieron menos tiempo de convivir con él y del que no guardan ningún recuerdo― y de la que no sabe nada de su pasado ni del porqué de su regreso. 
Es una novela sobre un camino que se termina, sobre el olvido, sobre cómo asumir la muerte y las consecuencias de huir de la verdad mediante el autoengaño. Hay una sombra pesimista del proceso de extinción de una vida. Sin embargo, ante la falta de vínculo, de amor hacia un padre casi desconocido, la mirada de la narradora se vuelve algo excéntrica o alejada de un escenario deprimente, y lo que podría ser rencor se transforma en indiferencia. Isa se habla a sí misma, se cuenta sus impresiones, sus pensamientos ante una situación que no le gusta, pero en la que se ha propuesto seguir hasta el final, sin esperar otra cosa que recuperar el ritmo de su vida interrumpido, sin buscar certezas ni explicaciones.
De forma paralela, la autora nos habla también de la necesidad de la literatura como ayuda para entendernos mejor. Como planteaba Robert Musil, la literatura y, en particular la novela, ofrece unas posibilidades para las que no existe equivalente en aquello que nos permite acceder al conocimiento y observar la vida real. Sin duda, una de las características más sugerentes de Dime quién fui es la abundancia de citas que se intercalan en el texto para matizarlo o enriquecerlo. Nos presenta autores y nos invita a indagar en sus obras. Isa no concibe su existencia sin libros y tiende a interpretar la vida cotidiana en términos literarios. Sus lecturas le permiten vislumbrar lo que no se ve en lo que siempre miramos; literatura y vida se confunden entonces sin frontera entre ambas. Leyendo esta novela y las numerosas citas que acompañan a la trama se hace más revelador Marcel Proust cuando afirmaba que la literatura nos ayuda a dilucidar la vida que permanece en tinieblas para mostrarnos de nuevo su verdad.











Dime quién fui.
Elisa Rodríguez Court

Editorial Verbum, 2015.
Publicado en Culturamas el 22 de agosto de 2015

Invención del Carnaval, Ramón Gómez de la Serna

Invención del Carnaval
En aquel primer Carnaval del mundo, cuando aún no existían más seres humanos que los que componían la primera pareja, Adán sintió ganas de disfrazarse para dar broma a Eva, y tomando un pámpano, le abrió los dos agujeros de los ojos y lo convirtió en careta. Después envolvió su cuerpo en grandes hojas de tabaco y de esa guisa se dirigió a Eva.
Eva, un poco sorprendida ante aquella voz de falsete que le preguntaba con insistencia: "¿Quién soy?, ¿quién soy?", respondió:
—¡Pedro!
 Ramón Gómez de la SernaInvención del Carnaval.


Ramón Gómez de la Serna