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Historia de lo fantástico

La editorial Iberoamericana-Vervuert, especializada en libros académicos de humanidades, ha publicado con gran acierto Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015). Dirigido por David Roas, el volumen está articulado en catorce capítulos —escritos por diferentes investigadores vinculados al Grupo de Estudios sobre lo Fantástico de la Universidad Autónoma de Barcelona― en los que se hace un amplio recorrido historiográfico por diversas manifestaciones de lo fantástico ―narrativa, teatro, televisión, cine y cómic― en los últimos 115 años, abarcando desde el modernismo hasta la actualidad. Es interesante el análisis transversal que se hace en los diferentes capítulos de la interconexión entre estas formas de ficción.
Este libro tiene algo de reivindicativo al mostrar por primera vez el verdadero valor de lo fantástico en nuestra cultura que, a pesar de no poder compararse con la posición predominante que tradicionalmente se le ha dado al realismo, no se puede obviar su notoria influencia en grandes obras de ficción. Tampoco se puede negar una ya larga tradición de autores interesados en esta forma de expresión —aunque con una presencia casi subterránea y muy relacionada, durante un tiempo, con autores exiliados — ni la existencia de un público fiel y cada vez más numeroso. Esto ha dado lugar a un cambio de percepción que en la actualidad se ve reflejado no solo en su visibilidad con el auge de autores —a partir de la década de los 60 y aún más en los 80— que centran su trabajo creativo en lo fantástico, sino también en el propio interés académico con un incremento considerable del número de estudios rigurosos y sistemáticos sobre esta temática. 
A pesar de ser un tratado de investigación Historia de lo fantástico tiene una estructura que lo hace accesible a un público generalista interesado en los temas tratados y aporta multitud de datos que pueden ser consultados. En los diferentes capítulos se hace una minuciosa recopilación, selección y análisis crítico de una información que hasta ahora estaba muy dispersa y se logra dar una visión global justificada con numerosas referencias bibliográficas.
Lo fantástico se define como una irrupción de algo imposible en la realidad cotidiana ―no solo del personaje que lo protagoniza, sino también del lector― creando una perplejidad y una inseguridad ante lo inexplicable. Esto lo diferencia de otras formas de ficción cercanas con las que a veces hibrida como pueden ser los mundos maravillosos, el realismo mágico, la ciencia ficción, las historias de hadas o de terror. Ese es el marco conceptual de este volumen que engloba también la evolución de la propia definición de lo fantástico y la influencia de autores principalmente de habla inglesa: desde el dominio de lo legendario y su concepción para imaginar excepciones a las leyes científicas conocidas hasta el cuestionamiento de la realidad y la relación del sujeto con ésta en ambientes cotidianos. Incluso, en narrativa y en cine, pero sobre todo en teatro lo fantástico en ocasiones se utiliza como un recurso que, de algún modo, logra mimetizar la realidad social y se convierte en una herramienta para hacer crítica, más o menos soslayada, de los sistemas políticos.
Se pueden destacar los capítulos referidos a análisis comparados absolutamente inéditos en nuestro país como es el de la presencia de lo fantástico en televisión. En todos los casos hay una profundización y una visión global hasta ahora sin precedentes en los estudios sobre lo fantástico en cualquiera de sus manifestaciones. En el caso del teatro, de la televisión y del cómic son muy escasos los estudios previos, mientras que el número y calidad de trabajos sobre lo fantástico en el cine y, sobre todo, en narrativa es significativamente mayor. 
El estudio de la evolución del discurso de lo fantástico en los diferentes periodos estudiados —las poéticas dominantes―, su interdependencia entre las distintas formas de expresión de ficción, junto con la influencia que todo ello ha tenido de la «cultura fantástica» de otros países, es quizás el mayor logro de este volumen. Historia de lo fantástico es un libro de gran interés que, por la cantidad de información recogida en sus páginas, ya es de consulta obligada para todo aquel que quiera profundizar en el significado y la influencia de lo fantástico en la cultura española del último siglo.










Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015).
David Roas (Dir.)
Iberoamericana-Vervuert (2017).

Las Bibliotecas imposibles

El universo de Borges, su biblioteca de Babel, está formada por galerías hexagonales en las que, en cuatro de sus caras, se disponen anaqueles repletos de libros distribuidos de forma uniforme. En el centro de cada hexágono hay unos pozos de ventilación y desde allí se pueden ver los interminables pisos superiores e inferiores a cada celda. Los bibliotecarios pueden desplazarse libremente durante su vida por todas las galerías buscando un libro o el catálogo de catálogos de libros. Siguiendo su descripción, una de las caras libres de cada hexágono tiene un angosto zaguán que comunica con otra galería y que está provista de una escalera en espiral para subir o bajar a los pisos superiores o inferiores. En aquella biblioteca borgiana, que contiene todos los libros posibles, necesariamente hay, al menos, un ejemplar del libro de relatos Las bibliotecas imposibles ―publicado de forma muy cuidada por la editorial Cuadernos del Vigía― y también multitud de facsímiles imperfectos de este libro que no difieren sino por una letra o por una coma.
Para conmemorar los diez años que lleva funcionando la Biblioteca Central de Córdoba, Mario Cuenca Sandoval ha reunido a once grandes autores de cuentos unidos por su devoción a lo fantástico, por esa querencia a que sus personajes ―sumidos generalmente en sus quehaceres cotidianos― se aparten de lo que entendemos por realidad. En todos ellos, aunque con estilos y temáticas muy diversas, se aprecia un conocimiento de los grandes maestros del género ―a los que, en algunos casos, hacen su particular homenaje―, así como la influencia del cine, el cómic o los videojuegos.
Conviene leer despacio el generoso prólogo en el que Mario Cuenca Sandoval nos descubre algunas de las bibliotecas ficticias que han pensado autores como Lasswitz, Lem, Asimov, Bradbury, Doctorow o el propio Borges, entre otros, y en el que da un pormenorizado avance de lo que el lector va a encontrar en las páginas de este volumen.
Aquí podemos descubrir una biblioteca minúscula y extraña escondida en otra biblioteca, compartir la obsesión por conservar lo escrito de cualquier agresión externa, hojear los manuscritos de una biblioteca de grandes obras rechazadas por las editoriales, examinar sorprendentes títulos en la Gran Biblioteca de Oz, acompañar a unos investigadores hasta la sede de la biblioteca digital Diabase, intentar evitar el encuentro con el Libro maldito, buscar la forma de escapar descubriendo el Pasaje en la biblioteca de la casa oscura, comprobar algunas de las consecuencias que traen los recortes económicos en cultura por parte de las administraciones públicas, discriminar los libros construidos para confundir la literatura científica con la de ficción, aprender a enamorarse de una persona a través de sus lecturas privadas o adentrarnos en los almacenes del Ministerio de la Ficción donde están escritas todas las posibilidades históricas, mundos futuros imaginados que en cualquier momento podrían servir para construir la realidad. En esta colección de cuentos, la irrupción del elemento fantástico ―esa yuxtaposición conflictiva de órdenes de realidad de la que habla David Roas―, ocurre a veces de un modo muy sutil, casi imperceptible, y otras, en cambio, se apodera del espacio de ficción y los personajes se apartan de toda realidad lógica sucumbiendo a mundos casi oníricos.
Una biblioteca, cualquier biblioteca por modesta que sea, siempre tiene algo de fantástico por lo que contiene. Si en el relato de Borges la certidumbre de que todo está ya escrito abrumaba al narrador hasta anularlo, a muchos lectores nos reconforta el hecho de tener constancia de que sólo a través de la lectura podremos estar acaso un poco más cerca de lo que puede ser la sabiduría. Al fin y al cabo, los libros, parafraseando a Cortázar, van siendo los únicos lugares en los que todavía se puede estar tranquilo.
Con Las bibliotecas imposibles, Mario Cuenca Sandoval y los once autores de estos relatos consiguen hacer un bello homenaje a la fascinación que las bibliotecas despiertan en los lectores al descubrir allí su mejor refugio.





Las bibliotecas imposibles
Autores: José María Merino, Clara Obligado, Lola López Mondéjar, Juan Francisco Ferré, Carmen Velasco, Alberto Chimal, Pablo de Santis, Roberto Valencia, Mercedes Cebrián, Juan Jacinto Muñoz Rengel y Juan Gómez Bárcena. Edición y prólogo: Mario Cuenca Sandoval.
Editorial: Cuadernos del Vigía (2017).

Sueño o realidad

Sueño o realidad
El maestro Chuang Tzu contó:
-Esta noche he soñado que era una mariposa.
Me sentía libre revoloteando de flor en flor, dejándome llevar por la brisa cálida del mediodía y deleitándome con el espectáculo de la naturaleza en su esplendor primaveral pero he despertado y he visto que era Chuang Tzu, y me pregunto: ¿Ha soñado Chuang Tzu que era una mariposa o la mariposa está soñando ahora que es Chuang Tzu?
Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de Oriente (recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez).









Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de Oriente..
Recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez.
Edaf, 1999.

Diez bicicletas

Para celebrar su décimo aniversario, la editorial Demipage publica una colección de treinta relatos bajo el título “Diez bicicletas para treinta sonámbulos”, gratamente prologados por Eloy Tizón. La irrupción fugaz de una bicicleta puede hacer de contrapunto entre el pasado y la modernidad. Las bicicletas pueden ser prestadas o robadas, utilizadas como armas de combate, un vehículo para el suicidio o en el que huir; o, simplemente, una forma de estar en el mundo y ver el paso de los años. Con ellas se puede ir de la infancia a la madurez, divagar, dar un salto en el tiempo, atravesar, casi flotando, ciudades lejanas, abrirnos los ojos a otras realidades, obligarnos a pensar en una relación rota. Las bicicletas, a veces, se parecen a sus dueños, pueden mantener un diálogo entre sus ruedas y morir en universos paralelos, hacernos pasar peligros o regalarnos una hermosa imagen zigzagueante. Con las bicicletas regresan los recuerdos, se plantean dilemas y decisiones que pueden llegar a provocar la humillación y la derrota. La música y la poesía están muy presentes en estos cuentos en los que algunos de sus autores derrochan virtuosismo. También se plantean problemas sociales, desigualdades, conflictos de pareja y muestran la extrañeza del mundo. Hay cuentos que nos atrapan, que nos seducen y que se quedan en nuestra memoria.

Diez bicicletas para treinta sonámbulos
Luis Landero, Antonio Muñoz Molina, José Ovejero, Andrés Neuman, Isabel Mellado, Cristina Fallarás, Juan Gracia Armendáriz, José María Merino, Catherine François, Santiago Auserón, Elsa Fernández-Santos, Guillermo Aguirre, Juan Aparicio Belmonte, Jordi Doce, Ricardo Menéndez Salmón, Juan Carlos Mestre, Fernando Aramburu, Francisco Javier Irazoki, Álvaro Valverde, Lola Huete Machado, Marta Caballero, Antonio Orejudo, Andrés Rubio, Marta Sanz, Ángela Medina, Eduardo Laporte, Juan Martínez de las Rivas, Felipe Benítez Reyes, Sara Mesa, Agustín Fernández Mallo, Luis Eduardo Aute.
Prólogo: Eloy Tizón
Demipage, 2013 

201

«Todos los microrrelatos aquí incluidos empiezan, rodean o concluyen en la habitación 201. Si 1408 de Stephen King ficcionalizó el popular motivo de la habitación fantasmal, aquí el rumor se instala como verdad ficcional absoluta y produce juegos metaficcionales y hasta idolatrías.
La 201 no es otra cosa que la habitación del miedo, el espacio cerrado que —como un portal— da pie a la irrupción natural de los monstruos imaginarios de cada uno de los autores aquí reunidos, entidades únicas perseguidas también por sus propias pesadillas porque, de algún modo, entrar en la 201 es una costumbre como el morir».
Elton Honores

201
Compliladores: José Donayre y David Roas
Autores: Katya Adaui, Sandro Aguilar, Baltazar Andurriales, Mario Aragón, Giselle Aronson, Luis Artigue, Luis Augusto, Belisa Bartra, Alberto Benza, Ludo Bermejo, Eduardo Berti, Sandra Bianchi, Micky Bolaños, Pablo Brescia, Carlos Calderón Fajardo, Sophie Canal, Leonardo Caparrós, Ernesto Carlín, Alberto Caturla Viladot, Miguel Antonio Chávez, Víctor Lorenzo Cinca, Patricia Colchado, Claudia Cortalezzi, Irma del Águila, Willy del Pozo, Raúl del Valle, Saúl R. Deus, Eva Díaz Riobello, José Donayre, Daniela Dozzo, Esteban Dublín, Christian Elguera, Patricia Esteban Erlés, Cecilia Eudave, Santiago Eximeno, Alina Gadea, Óscar Gallegos, Martín Gardella, Antonio Gazís, Isabel González, Wilson Gorj, José Güich, Fernando Iwasaki, Antonio Jiménez Morato, Rafael Juárez, Luisa Fernanda Lindo, Gonzalo Málaga, Alex Marín, Pablo Martín Sánchez, José María Merino, Cristian Mitelman, Manuel Moyano, Miguel Ángel Muñoz, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Diego Muñoz Valenzuela, Alejandro Neyra, Lucía Noboa, Clara Obligado, Karl Oharak, Ángel Olgoso, Julia Otxoa, Karina Pacheco, Félix J. Palma, Diego Prado, Henry Quintanilla, Salvador Luis, Jorge Ramos Cabezas, Carlos Rengifo, Ricardo Reques, David Roas, Tahiche Rodríguez, Pilar Roselló, Hans Rothgiesser, Miguel Ruiz Effio, María Paz Ruiz Gil, Daniel Salvo, Fernando Sánchez Ortiz, Rubén Sánchez Trigos, Teresa Serván, Ana María Shua, Óscar Sipán, Ricardo Sumalavia, Juan Carlos Townsend, Tanya Tynjälä, Jorge Ureta, Jorge Valenzuela Garcés, Luisa Valenzuela, Miguel Ángel Vallejo, Rony Vásquez, Anca Visdei, Isabel Wageman, Ezequiel Wajncer, Julia Wong, Rodolfo Ybarra, Glauconar Yue, Iban Zaldua, Miguel Ángel Zapata, Julio César Zavala Vega, Lucho Zúñiga
Ediciones Altazor, Lima, 2013.

Espejo circular
A pesar de mi sobrepeso, mi habilidad para descifrar códigos me permitió trabajar en el Departamento de Defensa. Y ahora estoy aquí, cautivo en la habitación 201 para resolver su enigma. Llevo horas dando vueltas a estos tres números y su posible relación con el escueto mobiliario del interior. He agotado la abundante comida y las bebidas del minibar y sólo me viene a la cabeza la canción que aprendí de niño: el uno es un soldado haciendo la instrucción, el dos es un patito que está tomando el sol… A veces la solución está en lo más simple. El cero sólo puede ser el espejo al que se mira el patito para verse como un soldado o viceversa. Oigo ruidos revoloteados en las habitaciones contiguas y cubiertos que entrechocan. ¿Cómo iba a adivinar que no me han traído aquí por mi coeficiente intelectual, por mi cerebro, sino por otra de mis vísceras que aumenta de tamaño por mis únicos vicios? Porque la clave está en el viceversa. Cuando me miro a este espejo circular situado frente a la cama me veo como un pato, entre barrotes metálicos, con el hígado hinchado preparado para ser sacrificado y dar el mejor foie-gras.
Ricardo Reques
Espejo circular. En 201. Colección Átomo de Ediciones Altazor.2013.

Momentos creativos

No es fácil encontrar en la historia de la literatura narradores precoces capaces —como hiciera Rimbaud con su poesía o Mozart con su música— de crear obras geniales en plena adolescencia. Más bien parece que el cuentista y el novelista consiguen sus grandes obras tras un largo proceso de aprendizaje, de disciplina y acaso una alta dosis de tenacidad. A los veinte años Kafka ya tenía escritos de cierta envergadura, a los veinticinco publicó sus primeros relatos, pero es alrededor de los treinta cuando su obra se hace más sólida y escribe algunos de los textos más relevantes que continuarán hasta su temprana muerte. El propio Vila-Matas confiesa en Fuera de aquí que, con treinta años, tras haber publicado cuatro libros y apenas recién iniciada su obra, pensó en dejar de escribir. Pero esa decisión que, afortunadamente no llegó a tomar, llevaba implícita una acción creativa que le conduciría a configurar su particular mundo literario. A partir de los treinta o cuarentas años parece que disminuye la reorganización de las neuronas implicadas en funciones como el aprendizaje, la consolidación de conocimientos o determinadas pautas emocionales. Por eso se dice que el máximo apogeo de nuestra creatividad está en torno a esa edad y es en ese momento cuando se generan las ideas más importantes de nuestro desarrollo cultural. No es casual entonces que, al igual que le ocurrió a Kafka con trabajos que más tarde concluiría, en ese momento surgiera en Vila-Matas la idea de hacer su catálogo de bartlebys aunque lo escribiese mucho después. Esta demora, en la que hay un largo proceso de maduración, es frecuente en muchas grandes obras literarias pero la génesis de estos grandes proyectos suele estar alrededor de esa edad que ahora nos parece joven.
El libro que nos ocupa es una antología que reúne algunos de los mejores fragmentos de novelas y relatos de catorce narradores menores de treinta años con una trayectoria en narrativa muy definida y, en muchos casos, avalada por importantes premios. Más que la edad actual de los escritores quizás habría que fijarse en la edad con la que publicaron estas piezas que ronda de media los veintiséis años, siendo el más precoz Julio Fuertes Tarín cuyo relato fue premiado cuando tenía veinte años. Es una muestra —como defiende Juan Gómez Bárcena en su magnífico prólogo— de que en España algunos escritores jóvenes hacen una literatura de gran calidad. Los estilos y los intereses de los autores son necesariamente heterogéneos. Aquí se habla de las relaciones familiares, de la infidelidad, de la inadaptación social, de las obsesiones y de la soledad. Hay textos deliciosamente irreverentes, otros con fuerte carga poética y otros en los que abunda la ironía, el cinismo o el humor abierto. Descubrir autores jóvenes que son capaces de desplegar un gran talento narrativo nos hace presagiar un futuro prometedor para nuestra literatura. Ahora no podemos aventurar cuántos de ellos tendrán la convicción de ser escritores, cuántos perseveraran en su empeño, cuántos contarán con el apoyo de las editoriales; pero, lo más probable es que en un futuro próximo podamos seguir disfrutando de la lectura de grandes obras escritas por alguno de los autores o autoras que participan en esta antología.




Bajo treinta
Guillermo Aguirre , Víctor Balcells, Matías Candeira, Cristian Crusat, Irene Cuevas, Aixa de la Cruz, Jenn Díaz, María Folguera, Julio Fuertes, Marta González Luque, Cristina Morales, Aloma Rodríguez, Almudena Sánchez, Juan Soto Ivars.
Prólogo y selección de textos: Juan Gómez Bárcena
Salto de Página, 2013

Cuentos en una botella

Hay islas que emergen y se sumergen inquietas. Aparecen para dejarse ver, para atraer a los navegantes y después se hunden para dar refugio a los seres marinos. San Borondón es una de esas islas de playas indecisas a las que han llegado, como mensajes en botellas, treinta relatos muy diferentes desde distintos y lejanos mares arrastrados por corrientes y estilos diversos. 
En la isla podemos dejarnos seducir por unos ojos verdes, encontrarnos con un amigo que regresa del pasado, dar un salto en el tiempo, o ver, sencillamente, cómo éste se invierte al atravesar un laberinto. En San Borondón hay montañas difíciles de superar, edificios de oficina ocupados por buscadores de empleo, arañas, mariposas y serpientes libidinosas pero también zombis, vampiros filosóficos, enanos que nos persiguen, pueblos habitados por fantasmas o practicantes de vudú. Hasta allí han llegado ciegamente los seguidores de Matías Prats, unos impostores, un mafioso ruso, un despistado escritor de cuentos, el fabricante de un extraño artefacto y en la arena de la playa podemos tropezarnos con una canica blanca y roja o diferentes diarios como el de un enfermo terminal, el de un trabajador en una bella e inhóspita luna de Saturno, el de una extraña pareja unida por el azar, el del propio náufrago que contempla el verdor de la isla desde un tablón. El aliento contiene un virus que padecen los hombres y los vientos arrastran la nostalgia de Lisboa, el sentimiento de culpa que se mezcla con la inocencia, el odio y el deseo que discurren paralelos, la memoria avivada por unas fotografías… La isla, en definitiva, es un buen lugar en el que decidir no tener recuerdos, un espacio incierto de soledad buscada donde cobijarnos del asedio. 
Las antologías de varios autores, donde se reúnen voces conocidas junto a otras incipientes, son siempre una apuesta arriesgada pero, en este caso, la selección realizada por Javier Vázquez Losada ha sido muy acertada. En este volumen tenemos distintas historias breves que derrochan imaginación y se desarrollan en lugares y tiempos muy diferentes donde no falta el deseo, el amor, el odio, la venganza o el misterio.


Náufragos en San Borondón
Amir Valle, Andrés Neuman, Antonio García Ángel, Carlos Frühbeck Moreno, Edmundo Paz Soldán, Eduardo Halfon, Fernando Clemot, Francisco Alejandro Méndez, Francisco Balbuena, Gustavo Nielsen, Ignacio del Valle, Iván Humanes, Javier Moreno, Javier Vázquez Losada, Jorge Díaz, José Luis Muñoz, José María Merino, Juan Carlos Márquez, Juan Carlos Méndez Guédez, Juan Soto Ivars, María Zaragoza, Marian Womack, Miguel Barrero, Norberto Luis Romero, Paula Lapido, Recaredo Veredas, Ronaldo Menéndez, Sergi Bellver, Vicente Luis Mora y Yolanda Arroyo Pizarro. 
Baile del Sol., 2012

Los monstruos que nos acompañan

Cuando un prólogo es tan esclarecedor como el que escribe Ana Casas para la antología “Las mil caras del monstruo”, poco se puede añadir. El monstruo está presente en toda la historia del hombre, desde la prehistoria, con representaciones de seres biológicos híbridos, imposibles, pasando por los bestiarios medievales, hasta llegar a nuestros días, con monstruos actuales, más cercanos pero igual de aterradores, monstruos disfrazados con el traje de un banquero o que se esconden tras las barbas de un político. El monstruo entonces es la forma corpórea de nuestras pesadillas, a veces también de nuestras temidas obsesiones, del terror ante lo que desconocemos o, simplemente, a lo que no entendemos. Nuestros miedos cambian con el tiempo, ya no nos causa pavor aquello que aterraba a nuestros antepasados porque el conocimiento es su mayor enemigo. Se podría escribir una filogenia del monstruo a lo largo de la historia de las culturas del hombre y veríamos cómo evoluciona sin dejar jamás de acompañarnos.
Los autores, doce maestros del cuento, con gran imaginación nos presentan monstruos contemporáneos que conviven en nuestro entorno. Algunos recuperan a estos seres del pasado y los trasladan a la actualidad, como Manuel Moyano que, con su fina ironía y su cuidada prosa, nos muestra a un exquisito y entrañable vampiro con problemas cotidianos, o Juan Jacinto Muñoz Rengel, con un brillante y envolvente cuento de prodigiosos entes extraídos de quiméricos bestiarios, o, también, Santiago Eximeno con su informe para zombis. En otras ocasiones se trata de miedos y obsesiones que los autores hacen cercanos, bien a través de la mirada tierna e inocente de un niño, como lo escribe, con su personal estilo, Fernando Iwasaki o bien asumiendo un anodino desdoblamiento corporal como lo hace con sorna David Roas. Patricia Esteban Erlés y Andrés Neuman presentan dos grandes narraciones eligiendo la metamorfosis, como generadora de sus monstruos, para dar lugar a inofensivos gatos o a seres indefinidos. Ángel Olgoso siempre nos sorprende con su gran imaginación y su rica y elaborada prosa y nos dibuja un monstruo bello, de imposible anatomía, que la imaginación del narrador va configurando mientras contempla a una mujer enigmática, casi divina. Felix J. Palma nos enreda con los hilos de su monstruo, una solitaria anciana que se comporta como un arácnido que no duda en desafiar, desde su inmovilidad, a su más cercana familia. Pero el monstruo también está en lo más rutinario de nuestras vidas y así Raúl del Valle nos muestra con humor un moderno electrodoméstico que se pasea por la casa con extrañas intenciones y Pablo Martín Sánchez se encuentra con un ser demoniaco cuando visita al dentista. El volumen se cierra con la angustiosa invasión que describe Ismael Martínez Biurrun y que nos recuerda la atmósfera de Wells.
Las mil caras del monstruo” es una acertada apuesta de la editorial Bracket Cultura al reunir, en esta antología, a algunos de los más importantes narradores actuales del género fantástico afincados en España.





Las mil caras del monstruo
Prólogo: Ana Casas
Autores: Fernando Iwasaki, Manuel Moyano, Patricia Esteban Erlés, David Roas, Ángel Olgoso, Andrés Neuman, Félix J. Palma, Santiago Eximeno, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Pablo Martín Sánchez, Raúl del Valle e Ismael Martínez Biurrun.
Bracket Cultura (2012)