Para todos los que admiramos la literatura de Italo Calvino, conocer algunos aspectos de su vida resulta entrañable. Ermitaño en Paris nos revela sucesos esenciales que marcaron su vida, forjaron su personalidad y definieron su obra. Cuando en 1984 un periodista del New York Times Book Review preguntó a Italo Calvino qué personaje de ficción o no ficción le hubiera gustado ser, respondió:
"Me hubiera gustado ser Mercurio. De sus virtudes admiro sobre todo la brevedad en un mundo de brutalidad, su ensoñadora imaginación —como el poeta de la reina Mab— y al mismo tiempo su sabiduría, como voz de la razón en medio de los fanáticos odios entre Capuletos y Montescos. Se mantiene fiel al viejo código de la caballería al precio de su vida, tal vez simplemente por razones de estilo, pero sigue siendo un hombre moderno, escéptico e irónico; un Don Quijote que sabe muy bien qué son los sueños y qué es la realidad, y que vive ambos con los ojos abiertos".
“I would like to be Mercurio. Among his virtues, I admire above all his lightness, in a world full of brutality, his dreaming imagination —as the poet of Queen Mab— and at the same time his wisdom, as the voice of reason amid the fanatical hatreds of Capulets and Montagues. He sticks to the old code of chivalry at the price of the life perhaps just for the sake of style and yet her is a modern man, skeptical and ironic; a Don Quixote who knows very well what dreams are and what reality is, and he lives both with open eyes”.
Ermitaño en París. Páginas autobiográficas (Eremita a Parigi)
Italo Calvino
Traducción: Ángel Sánchez Gijón
Editorial Siruela (2004)
Biblioteca Calvino, 13
Un pensamiento de Italo Calvino que yo también suscribo: " Lo que cuenta es lo que somos, es profundizar nuestra propia relación con el mundo y con el prójimo, una relación que puede ser a la vez de amor por lo que existe y de voluntad de transformarlo”.
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