Piedad
Todo ocurrió mientras el payaso, minuciosa, litúrgicamente, se ponía la horrible peluca azul-celeste. Así, ya digo, en un soplo. En lo que tarda una bala en atravesar la nuca de un hombre y estrellarse luego contra un espejo que, paff, se hace añicos. Acaso el último acto de piedad de un espejo para no ver morir a un payaso.Manuel Moya. Piedad. (La sombra del caimán y otros relatos).
La sombra del caimán y otros relatos
Manuel Moya
Editorial Onuba (2006)
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