Con frecuencia los escritores tienen una doble vida. Una vida para sobrevivir, en la que tienen que hacer los más dispares trabajos y otra para volar, sentados frente a un papel en blanco en el que derramar su creatividad. De esto trata el original, entretenido y revelador libro de Daría Galateria publicado en Impedimenta, una editorial que cuida minuciosamente el diseño de sus libros y que nos tiene acostumbrados a sorpresas agradables. Leyendo Trabajos forzados (Los otros oficios de los escritores) nos damos cuenta que algunas de las mejores obras de la literatura de comienzos del siglo XX se han escrito en condiciones precarias, muy alejadas del lujo en el que se instalan algunos de los autores actuales cuyas obras tienen amplias ventas a pesar de que su calidad literaria no siempre las justifique. Conocer los trabajos a los que se han dedicado los diferentes autores a lo largo de su vida nos ayuda a comprender mejor sus obras e incluso a valorarlas de otro modo y admirarlas aún más si cabe. Gorki fue maltratado de niño y, con sólo once años, tuvo que buscarse la vida en variados oficios, por eso, sus mejores obras reflejan fielmente la realidad social que padeció. También explica el origen de los libros de aventuras e Jack London que vivió desde muy joven una vida muy intensa y, al igual que George Orwell o Charles Bukowski, entre otros, padeció momentos de gran penuria. Kafka, más sosegado, fue un agente de seguros durante toda su vida laboral y aprovechaba para descansar después de cada jornada para poder escribir por las noches. Ninguno de los compañeros de Thomas Eliot podía sospechar que éste, mientras trabajaba en el banco con relaciones externas, manejaba términos en diferentes idiomas que le servían, por su sonido, para componer sus poemas. Así Daria Galateria, investigadora y crítica literaria, va mostrándonos con bellas historias la vida laboral de veinticuatro grandes autores, algunos de los cuales, han contribuido a cambiar el modo de entender la literatura.
Impedimenta nos invita en esta ocasión a leer un libro divertido, curioso y sugerente que nos acerca de una forma desenfadada a la vida cotidiana de grandes escritores. Toda una lección de humildad y un acicate para los que intentamos llevar adelante dos vidas intelectuales distintas.
Traducción: Félix Romeo
Editorial Impedimenta, (2011)