Distintas historias que suceden a lo largo de unos 150 años, y que abarcan varias generaciones de una misma familia, tienen conexiones a través de las vivencias personales de mujeres que afrontaron diferentes realidades sociales y se enfrentaron con coraje a las limitaciones que les venían impuestas. Son muy variados los escenarios geográficos en los que se vertebra Transatlántico, la última novela de Colum Mc Cann, en la que reivindica la memoria histórica para reflejar el progreso de la sociedad y el papel fundamental que desempeñaron algunas mujeres.
Además de las consecuencias económicas y de las transformaciones sociales que se produjeron tras la Gran Guerra, Europa estaba sumida en un pesimismo sobre la naturaleza del hombre y fue consciente, por primera vez, de su tremenda capacidad de destrucción. En 1919 Alcock y Brown, modifican un bombardero biplano, eliminando la carga de armas, para hacer el primer vuelo transatlántico, desde Terranova hasta Irlanda. Fue un vuelo épico, lleno de contratiempos, una lucha feroz contra los elementos que asombró al mundo y demostró que la tecnología militar se puede transformar en beneficios para la sociedad. Desde aquel momento, el mundo comienza a hacerse más pequeño. Y en medio de aquella proeza sin precedentes, Brown lleva una carta firmada por la reportera Emily Ehrlich, una carta que tardará casi un siglo en ser abierta y cuyas palabras explican parte de la vida de cuatro generaciones de mujeres. En una segunda historia, a mitad del siglo XIX, Frederick Douglass que había nacido como esclavo, escribe un libro y difunde sus ideas de democracia y libertad dando charlas en una época de hambrunas, encontrándose con las miserias que sufren los irlandeses. Por último, a finales del siglo XX, George Mitchell, un poderoso senador que vive bajo la amenaza terrorista, deja en Nueva York a su joven mujer y a su hijo recién nacido para viajar a Irlanda y sentar las bases de un acuerdo de paz en Belfast.
El hilo que une las tres historias comienza a desenredarlo Lily Duggan, una inmigrante dublinesa que, a pesar de su terrible biografía, no perdió la esperanza y zarpó en 1846 rumbo a Nueva York, estableciéndose después en el norte de Misuri, donde se casó con Jon Ehrlich un hombre que almacenaba hielo. Lily luchó para sacar adelante a sus hijos. La más pequeña, Emily, llegará a ser periodista y escribirá la carta que pasará de generación en generación hasta llegar, en la actualidad, a las manos de Hannah que no tiene a quién legar esa carta que ha permanecido sin abrir durante tantos años.
Colum Mc Cann nos presenta una conmovedora obra caleidoscópica, hilvanada con sutileza para invitarnos a reflexionar sobre la historia más reciente, un árbol que se diversifica en numerosas historias entrañables, con el sufrimiento de mujeres que luchan por un futuro mejor para sus hijos en distintas geografías y épocas. Si para hacer aquel épico viaje a Brown le empujaron el instinto, el miedo y la belleza, esos mismos impulsos son los que guiaron a muchas mujeres hasta conseguir hacer un mundo más habitable para sus hijos; una proeza silenciosa, llena de riesgos y de temores, aunque el resultado nunca haya sido tan reconocido ni celebrado como la hazaña que vivieron Alcock y Brown.
Transatlántico
Colum McCann
Traducción: Marta Alcaraz
Seix Barrall, 2014
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