Una musa a la carta

Georgina Hübner está hecha sólo de palabras. Palabras que escriben dos jóvenes poetas y que dan forma a una muchacha romántica e ingenua. Palabras que viajarán en barco y embaucarán a Juan Ramón Jiménez. Crear identidades falsas para conocer, enamorar o engañar a alguien en la distancia es hoy un hecho cotidiano que abunda en las redes sociales, pero, probablemente, ha existido siempre desde que hay comunicación escrita entre lugares alejados. En El cielo de Lima Juan Gómez Bárcena nos traslada a principios del siglo XX y extiende un puente epistolar entre Perú y España. Carlos Rodríguez y José Gálvez viven en Lima y hasta allí, difícilmente llegan las obras de su admirado Juan Ramón Jiménez. Para conseguir un ejemplar del libro Arias Tristes deciden escribir al poeta, pero saben que sólo si adornan la realidad tendrán una respuesta. Entonces inventan a Georgina, una admiradora que suspira por los versos del poeta de Moguer, con quien iniciará un idilio que irá creciendo con cada carta recibida. Con retazos inspirados en obras de Zola, de Baudelaire, de Rilke o de Rimbaud imaginan la biografía de Georgina. A pesar de ser dos señoritos ricos sueñan con ser poetas arruinados parisinos y contemplan la miseria de su ciudad desde las alturas. A ambos amigos les faltan vivencias, por eso necesitan de la ficción. La literatura forma parte de su vida; presienten lo que consideran la muerte de la lírica e intuyen la necesidad de la novela para narrar los hechos que afectan a un mundo que empieza a transformarse rápidamente. Así comienzan a crear el relato del juego que han inventado siguiendo los consejos de un manual que acabarán quemando. Carlos, con su caligrafía femenina, es el alma de Georgina, sin embargo, para que en su personaje siga creciendo el amor, pide consejo a un escritor de cartas que le hace una revelación: «uno sólo puede escribir sobre sí mismo, incluso cuando cree escribir en nombre de otros». A partir de ese momento Carlos otorga más vida a Georgina, logra que se insinúe, que atraiga, que participe de su ciudad y hasta llega a ser herida en una de las revueltas por la represión policial. A lo largo de varios años de correspondencia, y a pesar de su verdadero creador, los amigos de tertulia incorporan nuevas ideas que van transformando a su personaje. Todo se complica cuando Juan Ramón Jiménez decide ir a visitarla. 
Pero dentro de este argumento hay otras historias. Como en la novela tradicional, aquí se describe la realidad social de un lugar y una época. Hay huelgas y disturbios en Lima que afectan incluso a la llegada de sus esperadas cartas. Se narra también la historia del fracaso de un poeta que ha querido vivir otra vida; a través de la ficción lleva una existencia paralela que hace fracasar la que realmente vive.
Como en sus cuentos, Gómez Bárcena, juega con la parte de la realidad que creemos conocer a través de la historia y la transforma en ficción dejando incluso espacio para lo fantástico. Recrea ambientes y escenarios limeños de hace un siglo, las desigualdades sociales, el surgimiento de nuevos ricos. Sus personajes evolucionan, se transforman y, poco a poco, se va haciendo patente todo aquello que separa a los dos amigos, su educación y su manera de entender el mundo. Hay juegos metaliterarios al desvelar el proceso de elaboración, las dudas y la composición de la propia escritura, y, a través de las cartas, emula incluso el estilo de Juan Ramón Jiménez. Una novela recomendable, sólidamente construida, bien documentada, que mantiene el tono sugestivo a lo largo de sus páginas y que demuestra el amor del autor por la literatura.









El cielo de Lima
Juan Gómez Bárcena

Salto de Página, 2014

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