Son cada vez más frecuentes las fusiones de géneros literarios, el relativismo, la mutabilidad de las formas narrativas. A menudo, como pone de manifiesto Franca Sinopoli, esta diferenciación intergenérica es sólo un convencionalismo útil para el estudio y el análisis literario pero poco debe de influir en los escritores. Artefactos, puede ser una novela pero también un libro de relatos consecutivos con historias completas e independientes. Para esto sólo es necesario obviar las relaciones y conexiones internas de los personajes entre los distintos capítulos que hacen que finalmente todo encaje como en un rompecabezas. Pero esa no es la única transgresión de Carlos Gámez; aquí se mezcla la ciencia ficción con el realismo sucio y la teoría científica con la imposibilidad tecnológica. Las ciudades y los países han perdido sus nombres, en el mundo han proliferado artefactos que nos ofrecen una nueva realidad, con tutoras virtuales que nos excitan y nos ayudan a estudiar, con máquinas que dirigen nuestros sentimientos, con psicotrópicos y neurocircuitos integrados que se pueden conseguir de contrabando. Los seres humanos viven sin tener una conciencia individual y la mecánica cuántica pervierte sus relaciones. Los personajes se hunden emocionalmente si les falta la extraña tecnología que les sirve como escape y sueñan con poder convertirse en yonquis cuando el gobierno les deje jubilarse para escapar así del tedio y de las miserias que guarda la vejez; pero no por eso renuncian a la lectura de Irvine Welsh o de Bukowski. En estos tiempos deshumanizados los programas de telebasura pueden llenar el tiempo de los protagonistas e incluso cambiar el rumbo de sus vidas. Y en un giro metaliterario una narradora confiesa lo incontrolable de un personaje delincuente al que le gustan las rumbas y explica cómo con un neurochip es capaz de bucear en la memoria del protagonista. Gámez, utilizando un argot urbano, nos presenta, en ocasiones con humor, su visión pesimista de la humanidad, enfrentada a sus propias incongruencias y contradicciones, y el desolador futuro al que nos puede conducir la tecnología donde la única salida posible es la evasión. Con esta obra el autor obtuvo el IX Premio Cafè Món.
Artefactos
Carlos Gámez
Editorial Sloper, 2012
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